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PANDEMIA

El problema del encierro no es solamente estar encerrados en la casa sino estar encerrados en el capitalismo. John Holloway

Coronacrisis. ¿Cómo entenderla? ¿Cómo entender la crisis en el contexto que hemos estado desarrollando, es decir desde la perspectiva del carácter cada vez más ficticio de la acumulación capitalista? ¿Cómo entender las posibilidades políticas de la situación actual?

Curso La Tormenta 2020 / CORONACRISIS VI

NARRATIVA DE LA SESION 12

John Holloway

1 – El problema del encierro no es solamente estar encerrados en la casa sino estar encerrados en el capitalismo aun cuando sabemos que este encierro va a significar un sufrimiento terrible para millones de personas en los próximos meses y años y, muy probablemente, la recurrencia de otra pandemia u otra catástrofe ecológica en los próximos años.

2 – El poema de Edith expresa la angustia del curso (la tormenta interna) de manera genial:

¿Somos lxs niñxs gritándole al rey que no lleva ropa?
¿Gritos ahogados que no alcanzan a tener eco?
Sonido en el vacío, eco ausente.
¿Acaso los demás no se han dado cuenta que el rey camina desnudo?
El capital es una caricatura.
La que camina en el abismo.
Pronto va a caer.
Pero ahí está el peligro, de qué manera va a caer.
El regreso a la normalidad es la narrativa de su caída,
y desafortunadamente también de la nuestra.

Es un poema que no tiene final feliz, todavía. (Es que aún no terminamos el curso).

3 – Otra dimensión del encierro es un encierro teórico, un no ver la salida.

Por eso siento la necesidad constante de repetir el argumento (la narrativa) desde perspectivas ligeramente diferentes. En términos generales, el curso tiene un argumento doble:

a) Busca ir más allá de la idea de la lucha desde abajo y hacia la izquierda. Las luchas están ahí todo el tiempo, son fundamentales, pero muchas veces se pierde la perspectiva de superar el capitalismo, se pierde un concepto del capital como una dinámica social basada en la búsqueda constante de ganancia (ver el artículo de Edith en Open Marxism 4). Tal vez no importa si se pierde, pero las luchas contra el calentamiento global, para tomar nada más un ejemplo, tienen pocas perspectivas si no se dirigen contra la organización social capitalista cuya dinámica fomenta el calentamiento.

b) Busca ir más allá del marxismo tradicional que separa el capital de la lucha (un ejemplo excelente en este momento son los posts de Michael Roberts que estamos circulando). El capital se ve como externo a la lucha. En general en los análisis actuales, la conexión entre crisis y revolución posible no está clara. La crisis demuestra el fracaso del capitalismo, pero ¿luego qué? ¿Es necesario construir un partido para tomar el poder estatal?

Contra estas dos perspectivas hemos propuesto en el curso que el capital es lucha de clases. Es una dinámica agresiva contra la actividad humana, los humanos, las otras formas de vida y las condiciones necesarias para la vida humana. Tiene una dinámica que exige cada vez más explotación y subordinación para mantenerse (valor determinado por el trabajo socialmente necesario, caída de la tasa de ganancia). Enfrenta una resistencia constante, consciente e inconsciente. Esta resistencia afecta el desarrollo histórico de la agresión capitalista. No la ha detenido, pero su fuerza se refleja en el carácter cada vez más ficticio de la acumulación. Es una fuerza fetichizada, contenida, pero sí una fuerza subterránea que tiene un efecto muy importante. Constituye la fragilidad del capital (ver, por ejemplo, el último artículo de Wolf que se circuló: la deuda es fragilidad).

Si es así, entonces las luchas conscientes (para parar el Tren Maya, contra el extractivismo etcétera) se encuentran con su propio reflejo fetichizado como fragilidad del capital, pero están separadas por una barrera, la barrera del fetichismo o de la fetichización. ¿La barrera es una pared impenetrable o un vidrio oscuro a través del cual se pueden percibir conexiones?

Un ejemplo. El levantamiento zapatista ocasionó muchos gastos para el Estado mexicano, militares y sociales, con la intención de contener la lucha. Estos gastos fueron un reflejo monetizado y fetichizado de las luchas sociales y contribuyeron a la deuda nacional y la crisis del peso en diciembre de 1994. En este caso la relación entre lucha abierta y expresión monetizada está relativamente clara, la barrera es un vidrio oscuro pero no una pared impenetrable. El problema es que el fetiche todavía tiene una fuerza enorme. El dinero (el peso) se erige como algo que hay que defender a todo costo y su defensa tiene consecuencias materiales importantes para todos. Hubiera sido difícil para los zapatistas decir “nosotra/os creamos la crisis, nosotra/os socavamos la posición del peso.” Pero así era. De la misma manera está difícil decir ahora “este endeudamiento masivo, esta fragilidad del capital sin precedente, es resultado de la acumulación de nuestras luchas a través de los años”. Pero así es. Si no rompemos el fetiche del dinero, si no decimos “dinero=dominación”, la lógica del dinero siempre se va a imponer

4 – La fragilidad muchas veces se expresa como violencia. Es muy posible que la fragilidad incrementada del capital en este momento se exprese como violencia: militarización, autoritarismo. ¿Nos ayuda saber que es expresión de la fragilidad y no de la fuerza del capital?

La fragilidad también indica la posibilidad de colapso. El colapso del sistema financiero mundial fue una posibilidad real en 2008. Por el momento se ve menos probable, pero en los próximos meses puede volver a ser una fuente de pánico para el sistema. ¿Y nosotra/os qué decimos al respeto? Tenemos la experiencia de Argentina 2001/2002 como inspiración, tal vez.

5 – La deuda/ crédito/ acumulación ficticia es el talón de Aquiles del capital. Ahí está su punto débil, su posibilidad real de colapso. ¿En qué nos ayuda saber eso? Tal vez sería posible provocar un colapso del sistema financiero (como en el caso del matemático hackeador que circulamos) pero ¿en qué nos ayudaría?

6 – La acumulación ficticia se puede ver como crisis del trabajo abstracto.

No se produce el valor que el capital requiere para sostener sus ganancias, por eso recorre a la ficción, es decir al crédito. La ganancia que se reparte entre los capitalistas es una anticipación de un trabajo abstracto (es decir, productor de valor) que todavía no se ha hecho. Es el trabajo abstracto que falla.

La crisis del trabajo abstracto se puede ver de varias maneras. Se puede ver en términos de la expulsión del trabajo por la tecnología (la posición de Krisis, Kurz y Jappe, me parece). El problema que veo aquí es que no abre portales: nosotra/os somos las víctimas, pero las víctimas no pueden cambiar el mundo. Por eso me interesa más ver la crisis del trabajo abstracto en términos de la tensión entre trabajo concreto (o hacer – entiendo “trabajo concreto o útil” como un término desafortunado que Marx usa para indicar la actividad humana que en el capitalismo existe en-contra-y-más-allá del trabajo abstracto o enajenado) y trabajo abstracto, es decir como crisis de la abstracción del hacer, la conversión cada vez más exigente del hacer humano en trabajo abstracto, trabajo que produce valor. Esto puede ser por incapacidad nuestra, por falta de dedicación a los requerimientos del capital, por dedicarnos a actividades que no producen valor ni contribuyen a la producción de valor. Creo que el encierro actual va a tener un impacto contradictorio sobre el trabajo abstracto. Para mucha/os la crisis va a ser aliciente para trabajar más duro, para mucha/os otra/os la experiencia de ocio o de trabajar desde la casa va a tener un impacto importante para reducir el ritmo o la dedicación al trabajo (aunque también el capital entra más directamente al hogar), para mucha/os el periodo de reflexión y sobre todo de ayuda mutua la/os puede llevar a desarrollar otras formas de actividad fuera de la esfera del capital. Cuando abramos las puertas, ¿quién sabe qué va a pasar con el trabajo abstracto y la amenaza que le constituye el hacer sensato y relajado?

7 – Siempre ayuda pensar en Gloria Gaynor y su canción disco, “I will survive”:

Vamos a asumir por el momento que es una mujer que canta y se dirige a un hombre. La afirmación de la fuerza e independencia de la mujer depende de tres cosas. Primero, una conciencia de su propia fuerza (“crecí fuerte Y aprendí como continuar”): por eso la importancia de entender la crisis como expresión de nuestra fuerza. Segundo, un entendimiento de la fragilidad del hombre (tal vez no necesario, pero sí ayuda). La tercera cosa, que no se menciona en la canción, pero es importante para el éxito del proyecto de la mujer, es que tiene que tener recursos para sobrevivir. El “Go on now, go, walk out the door” y el “I will survive” no pueden ser solamente expresiones de entusiasmo militante. Realmente la mujer tiene que tener la posibilidad de sobrevivir, una actividad independiente del hombre.

Estamos de regreso con la/os oaxaqueña/os de Aline. La/os militantes les dicen “Diganle al capital “Go on now, go, walk out the door, we will survive” y ella/os contestan diciendo “Pero ¿cómo? ¿cómo vamos a sobrevivir? No tenemos los recursos para decir “go on now, go” al capital y al empleo.” Ahí está el problema.

Entonces estamos en medio de una crisis del trabajo abstracto, una crisis que puede conducir a través de su expresión monetaria a un colapso mayor de la economía. Para enfrentar la crisis y la violencia del trabajo abstracto, necesitamos poder sobrevivir sin el hombre de la canción, o en este caso el capital. El trabajo abstracto está en crisis por su falta de capacidad de amaestrar la actividad humana, pero la pregunta es si esta actividad humana tiene la fuerza para decir “Vete ahora vete, no eres bienvenido nunca más” al capital y al trabajo abstracto. La respuesta de los revolucionarios del siglo pasado fue “sí”, pensando en nacionalizar los medios de producción. El problema con esa solución fue que tendía a reproducir las mismas relaciones de producción que antes, las mismas jerarquías, la misma alienación del trabajo y producía también la centralidad del Estado. Pero la pregunta queda: ¿cómo entonces? Si no pensamos en nacionalizar los medios de producción, ¿cómo podemos decir al capital “Vete ahora vete”?

Tenemos que pensar en la fuerza actual del trabajo concreto o hacer y cómo fortalecerlo.

Un elemento importante sería lo que ya existe fuera del ámbito del capital: las huertas, toda la producción agrícola y de pesca no subordinada directamente al capital, todo lo que se discute en el seminario de entramados comunitarios sobre las formas existentes y no totalmente mercantilizadas de reproducción social, todo lo que se está desarrollando en movimientos enfocados en lo común (o commons), los movimientos de software libre, los generadores comunitarios de energía eólica, las cooperativas, Ángel y sus amiga/os bicicletera/os, todo el potencial de las fábricas que se toman en situaciones de crisis y muchos más. El trabajo concreto o hacer no mercantilizado tiene una fuerza muy considerable. ¿Es suficiente para decir al capital “Vete de aquí, no vuelvas más, nosotra/os sobreviviremos”? ¿Es suficiente para que la/os istmeña/os digan al Tren Maya y al Corredor Interoceánico y a los proyectos eólicos “Vayanse de aquí, no vuelvan más, nosotra/os sobreviviremos”?

Edith agrega un rompecabezas:

El rompecabezas:

Los capitalistas decidieron huir un día: luchas de los sesenta. Decidieron construir su propio mundo basado en la ficción.

El crédito, dice Michael Roberts, se vuelve deuda. Huyeron de nosotros, huyeron de las luchas, y fomentaron el aumento de la deuda. Al aumentar la deuda, aumentaron su fragilidad, como sostiene Wolf. Para mucha gente la huida del capital se volvió desempleo, caída de los salarios, etc. El acceso al crédito por parte de la clase trabajadora, aunque profundiza la fragilidad, nos metió en el mismo fetichismo del dinero. Para algunos otros, para algunas otras, era mejor darle la espalda al capital y construir otro mundo – con contradicciones, sí, pero otra cosa al mismo tiempo. Aunque aparezcan como dos momentos separados, ambas cosas: el aumento de la deuda y la construcción de alternativas, son expresiones de la fragilidad del capital.

¿Tiene sentido pensar así? ¿Es parte de la conexión que nos hace falta para romper nuestro propio reflejo fetichizado?

12 de mayo de 2020

Letra de «I will survive»

At first I was afraid, I was petrified
Kept thinking I could never live without you by my side
But then I spent so many nights thinking how you did me wrong
And I grew strong
And I learned how to get along
And so you’re back
From outer space
I just walked in to find you here with that sad look upon your face
I should have changed that stupid lock, I should have made you leave your key
If I’d known for just one second you’d be back to bother me
Go on now, go, walk out the door
Just turn around now
‘Cause you’re not welcome anymore
Weren’t you the one who tried to hurt me with goodbye
Do you think I’d crumble
Did you think I’d lay down and die?

Oh no, not I, I will survive
Oh, as long as I know how to love, I know I’ll stay alive

En castellano:

Primero estaba asustada
Estaba petrificada
Pensaba que no podría vivir
Sin ti a mi lado
Pero entonces gasté muchas noches
Pensando cuanto mal me hiciste
Y crecí fuerte
Y aprendí como continuar

Pero ahora has vuelto
De otro espacio
Solo caminé para encontrarte aquí
Con esa mirada triste sobre tu cara
Yo debería haber cambiado esa estúpida cerradura
Yo debería haberte hecho dejar tu llave
Si lo hubiera sabido por un segundo
Que volverías para molestarme

Vete ahora vete

Sal por esa puerta
Simplemente pega la vuelta ahora
Porque no eres bienvenido nunca más
¿No eras tu aquel
quien trataba de herirme con el adiós?
¿Pensaste que me desmoronaría?
¿Pensaste que me recostaría y moriría?

Oh no no, yo, yo sobreviviré

Muchas gracias a Edith González y Panagiotis Doulos por sus comentarios.

Fuente: http://comunizar.com.ar/problema-del-encierro-no-estar-encerrados-la-casa-sino-estar-encerrados-capitalismo/